domingo, 23 de mayo de 2010

EL AYAMONTE PIERDE EN CINTRUENIGO PERO PASA A LA SIGUIENTE LIGUILLA


El Ayamonte cayó derrotado (3-1) en Cintruénigo ante el Atlético Cirbonero, pero hace valer el 5-1 cosechado en el encuentro de ida y sigue vivo en la lucha por el ascenso a la Segunda División B, del que ahora ya sólo le separan cuatro partidos.

No fue para los onubenses, a pesar de todo, un camino de rosas, ya que el San Juan, campo de los locales, fue una caldera con un público incondicional que no paró de animar a los suyos en ningún momento. El gol de Gregorio Molina, cuando el marcador reflejaba un peligroso 2-0 para los intereses del cuadro fronterizo, supuso el punto de inflexión de un choque que pudo complicársele hasta límites insospechados al Ayamonte, pero que acabó sacando adelante con mucho oficio.

No afrontó el conjunto rojillo con relajación los primeros compases del encuentro a pesar de tener la eliminatoria más que encarrilada tras el 5-1 de la ida. Más bien fue todo lo contrario: saltó al terreno de juego hipermotivado el cuadro onubense y maniató al Cirbonero en la recta inicial del choque, aproximándose con peligro sobre la portería de Navarro en varias ocasiones.

Sin embargo, a medida que fueron pasando los minutos el Atlético Cirbonero fue cogiéndole el pulso al partido y poco a poco se hizo con el control del esférico en el centro del campo. La batalla se planteó ahí, en el círculo central, donde ambos conjuntos trataban de mover la pelota con cierto criterio, pero se precipitaban y acababan perdiéndola.

Así, tras unos primeros minutos de tanteo, los de Cintruénigo se fueron hacia arriba llevados en volandas por su afición y comenzaron a llevar mucho peligro sobre el arco de Navarro. Pese a todo, el pase a la siguiente ronda no corría riesgo de momento. El 5-1 cosechado en el partido de ida debía valer y con salvaguardar la portería rojilla sería suficiente.

De ese modo, el Ayamonte cerró filas atrás y cerró todos los espacios a un Cirbonero que lo intentaba, pero carecía de profundidad en su juego y se atolondraba a medida que se iba acercando a la portería visitante.

Fruto de ello, todas las acciones de interés local llegaban a balón parado, de la mano de Carlos Mena, que se hartaba de colgar balones al área en vano, ya que los delanteros navarros habían perdido la puntería.

Antes, en el 7', los de Cintruénigo habían reclamado penalti por posibles manos dentro del área.

Rebasado el cuarto de hora, el ligero dominio del Cirbonero se iba a traducir en un gol. Mena botaba una falta lateral y Galera conectaba un precioso cabezazo que acababa en el fondo de las mallas y que hacía inútil la estirada de Nacho.

El gol dejó levemente tocado al Ayamonte, que trató de reaccionar, pero no pudo ante el empuje local y acabó encerrado en su propio campo, hecho que propició el segundo tanto del conjunto navarro, que llegaba poco después de la media hora cuando Nacho se hacía un lío con la pelota y acababa introduciéndose el balón dentro de su propia portería.

El cuadro onubense se echaba a temblar, pero supo aguantar hasta el descanso, que sirvió para templar los ánimos rojillos.

De hecho, el paso de vestuarios sentó de maravilla al Ayamonte, que salió con aires renovados en la reanudación y fruto de ello consiguió enjugar su desventaja en el marcador, a los dos minutos, por mediación de Gregorio Molina, quien en el minuto 47 apuntillaba desde el punto de penalti a los locales con un cabezazo a centro de Canterla.

De ahí al final del partido ambos conjuntos se alternaron la posesión de la pelota y no hubo dominador claro. El Cirbonero, espoleado por su afición, quiso sorprender al Ayamonte pero le faltó cabeza -que no corazón- porque se lo dejó todo.

Al final, tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose a cuatro minutos del final cuando Mata remató al fondo de la red un saque de esquina botado por Mena, el mejor jugador de su equipo en el día de ayer, pero ya no hubo tiempo para más.

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